Las geoceldas son una tecnología asombrosa que puede proporcionar una variedad de beneficios para sus operaciones. Ya sea que esté buscando estabilizar el suelo, prevenir la erosión o crear una nueva superficie para estacionamiento o campos deportivos, las aplicaciones de geoceldas tienen el potencial para hacerlo todo.
Siga leyendo para obtener más información sobre los increíbles beneficios del uso de geoceldas.
¿Qué es una geocelda?
Una geocelda es una estructura celular tridimensional que se puede rellenar con tierra, grava u otros materiales para estabilizar pendientes pronunciadas y evitar la erosión. Están fabricados en polietileno de alta densidad (HDPE) y tienen una estructura celular abierta que les permite amoldarse al terreno.
Las geoceldas son una forma revolucionaria de aislar y confinar suelos, agregados u otros materiales de relleno. Estas estructuras celulares tridimensionales se pueden expandir durante la instalación para que formen paredes flexibles con tiras interconectadas que refuerzan la resistencia a la tracción y al mismo tiempo evitan el movimiento al mantener todo en su lugar a través de aumentos de compresión debido a factores ambientales como la intemperie.
Cuando se aplica presión al suelo encerrado dentro de una geocelda, como en una aplicación de soporte de carga, se crean tensiones laterales en las paredes de la celda perimetral. La zona 3D de confinamiento reduce la movilidad lateral de las partículas del suelo, pero la carga vertical en el relleno confinado da como resultado una tensión lateral y una resistencia considerables en la interfase célula-suelo.
Las geoceldas se utilizan en la construcción para reducir la erosión, estabilizar el suelo, proteger los canales y proporcionar un refuerzo estructural para soportar la carga y retener la tierra.
Las geoceldas se desarrollaron por primera vez a principios de la década de 1990 como una forma de mejorar la estabilidad de carreteras y puentes. Rápidamente, ganaron popularidad por su capacidad para estabilizar suelos y controlar la erosión en terrenos empinados. Hoy en día, las geoceldas se emplean en una variedad de aplicaciones, incluida la construcción de carreteras, vertederos, operaciones mineras y proyectos de infraestructura verde.
Las geoceldas están disponibles en varios tipos y especificaciones para resolver varios problemas con diferentes tipos de suelo. La mejor forma de clasificar las geoceldas es geoceldas perforadas y no perforadas.
Las geoceldas perforadas tienen pequeños agujeros que permiten el paso del agua y el aire. Este tipo de geocelda es mejor para aplicaciones donde el suelo necesita poder respirar, como en un proyecto de infraestructura verde.
Además, las perforaciones mejoran la distribución de la carga y reducen la distorsión. Se componen de una serie de tiras que se conectan para formar células. La resistencia de la tira perforada y la soldadura determinan la integridad de la geocelda.
Las geoceldas no perforadas tienen paredes lisas y sólidas y son las mejores para aplicaciones en las que es necesario evitar la entrada de agua, como en un vertedero. Las paredes lisas evitan la infiltración de agua y ayudan a mantener la tierra dentro de la celda.
Las geomembranas y los drenajes verticales prefabricados se utilizan ocasionalmente como alternativas específicas de la aplicación a las geoceldas.
¿Cuáles son las diferentes aplicaciones de las geoceldas?
Una red de geoceldas puede resolver numerosos problemas en varias industrias. Estas son algunas de las industrias que dependen de las geoceldas.
La protección de las plantas y el suelo contra la erosión en la arquitectura del paisaje implica el uso de tecnologías especializadas como las geoceldas. Las rejillas de geoceldas reducirán la escorrentía no deseada o el flujo de agua subterránea y, al mismo tiempo, evitarán la construcción de canales de erosión que pongan en peligro el paisaje. Otras ventajas incluyen la preservación de cauces de ríos y raíces de árboles, la estabilización de suelos, suelos y paredes de canales, y la prevención de la erosión en cinturones verdes, taludes y vegetación.
Alrededor de las cuatro quintas partes de las carreteras del mundo son caminos de acceso de grava sin pavimentar. Estos caminos se construyen con frecuencia sobre terrenos inestables, como grandes arcillas, turberas o arena. Estos materiales se desintegrarán si no se cuenta con la tecnología correcta, lo que amenaza la seguridad, la estabilidad y la vida útil de las carreteras. Las geoceldas ofrecen la rigidez y la resistencia a la fluencia requeridas para la estabilización de caminos en suelos blandos. Evitan que la arcilla se encoja y se agriete, que los suelos arenosos se dispersen y se deformen lateralmente y que todos los suelos blandos se refuercen.
Las geoceldas son un excelente método para construir plataformas semirrígidas sobre suelos débiles y en regiones donde la excavación está restringida. La capacidad de carga de las losas de grado, la extensión de los cimientos y las zapatas continuas se incrementa mediante el uso de rejillas de geoceldas. Los sistemas de confinamiento celular también se pueden usar para minimizar las secciones de pavimento en áreas de colocación, estacionamientos y carreteras.
Las geoceldas es una solución para el control de la erosión en terraplenes y taludes. También evitan canalizaciones de agua, revestimientos de estanques o cualquier otra estructura que deba instalarse de forma segura en suelos con altos niveles de riesgo por factores naturales como problemas de estabilidad de taludes.
Los jardines de flores y vegetales en los techos, por ejemplo, son cada vez más populares en las ciudades. Las geoceldas, con su construcción de panal expandido que retiene el suelo y mejora la estabilidad estructural, hacen que estos lugares sean concebibles. Las paredes verdes también son populares en ciertas casas y empresas, gracias a las redes de geoceldas.